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Cultiva tu mundo interior

Dedicar tiempo y recursos a cuidar nuestro mundo interior, nos permite sentar las bases para una vida plena y satisfactoria en todos los aspectos.

Ilustración de gente diminuta alrededor de una cabeza femenina de donde crece un jardín de flores
Imagen diseñada por pch.vector / Freepik

Hablar de cuidar nuestra salud implica prestar atención tanto a la salud física como a la salud mental. En cuanto a nuestro bienestar físico podemos centrarnos en tres pilares básicos: una alimentación equilibrada, el ejercicio regular y el descanso. A nivel salud mental puedes trabajar en tres componentes:

  • Pensamientos y creencias
  • Actitudes y valores
  • Emociones

Tus pensamientos y creencias

El primer componente de tu mundo interior es tu diálogo interno, es decir, la manera en la que piensas. Tus pensamientos y creencias acerca de ti mismo y del mundo pueden afectar tu salud mental y emocional.

Si te enfocas en pensamientos negativos o limitantes, es más probable que experimentes ansiedad, estrés o sentimientos de tristeza y desesperanza. Por el contrario, si aprendes a cuestionar y reemplazar tus pensamientos negativos por otros más positivos y realistas, podrás mejorar tu bienestar emocional. Identificar tus pensamientos y creencias irracionales y transformarlos en ideas realistas y potenciadoras es una forma efectiva de cambiar tu diálogo interno y mejorar tu salud mental.

Tus actitudes y valores

Lo segundo que necesitas para cultivar tu mundo interior es modificar tus actitudes y valores; es decir, la importancia que le das a cada aspecto de tu vida y lo que consideras importante para ti. Elegir con cuidado aquello que te parece valioso puede marcar totalmente la diferencia.

Las emociones que sientes habitualmente.

Por último, tus emociones también son importantes en tu salud mental. Aprender a reconocer y expresar tus emociones de forma adecuada es clave para mantener un buen equilibrio emocional. Si evitas tus emociones o te dejas arrastrar por ellas, es más probable que experimentes problemas de ansiedad o depresión. Sin embargo, en lugar de intentar cambiar tus emociones directamente, es más efectivo modificar tus pensamientos, tus valores y tu estilo de vida de una forma que te aporte mayor felicidad.

Es importante mencionar que en casos extremos donde tus sentimientos estén descontrolados, las terapias psicológicas pueden ayudarte a gestionarlos. No obstante, en general es recomendable preocuparse por las emociones solo una vez que tengas bajo control los otros dos elementos de tu mundo interior.